Como adultos, el lenguaje verbal nos facilita expresar lo que sentimos. Lo que a veces pasamos por alto es que los bebés vienen completamente equipados con las mismas emociones y la misma necesidad de liberarse y es completamente normal. Simplemente no lo comunican de la misma manera, por lo que depende de nosotros aprender a reconocer los siguientes signos de estrés:
Agarrar o sujetar objetos en tensión
Pegajoso (más allá del típico deseo de ser abrazado)
Golpear, morder o golpear la cabeza
Jugar rápido, ocupado, hiperactivo: moviéndose rápidamente de una cosa a la siguiente
Masticar objetos con nerviosismo
Pedir leche constantemente o cuando no tiene hambre
Dificultades para dormir o resistencia
Llora si deja de poner el puño, dedos o un juguete en la boca, puede (o no) tener una mirada vacía o preocupada
Para ayudarlo pueden hacer actividades para reír, bostezar y toser para liberar tensiones, pero la liberación más completa se produce a través de un buen llanto. Es necesario darse un tiempo para poder preguntarle tranquilamente un par de veces durante el día como se siente, si está bien o si necesita llorar, hacerlo sentir que está bien llorar si es necesario y que estamos ahí para él.
Su bebé es un maravilloso comunicador y la comunicación requiere relación. Aumentar su capacidad para leer señales sutiles puede profundizar su vínculo con el bebé y construir una base fantástica para la confianza que pueden compartir el uno con el otro a lo largo de la vida.
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